En una noche para el olimpo del valencianismo, el Valencia volvió al trono a lo grande, con un octavo copón en las narices del Barça de Messi, un azote al rey de Copas. Un Valencia espartaco dejó en la cuneta a un Barça con cara de Anfield. Un Barça noqueado ya antes de la final tras el histórico varapalo de Liverpool. Un 4-0 cuyas consecuencias quién sabe si no remitirá ahora al 4-0 de Atenas en 1994 que arrasó al dream-team. Para este centenario Valencia, titánico toda la noche, Sevilla debiera ser un punto y seguido.
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