Mugello, en la toscana italiana, es el campo de pruebas habitual de Ducati. Apenas un centenar de kilómetros separan el cuartel general de la marca, en Borgo Panigale, del bello circuito de pianos tricolore. Las motos rojas de la escudería boloñesa acumulan tantos kilómetros de ensayos en este asfalto que recorren casi con el piloto automático las 15 curvas que integran el trazado y conocen al dedillo cada ángulo, cada peralte, cada bache. Las Ducati vuelan sobre la larga recta de meta mientras en los boxes los mecánicos esperan a ver cuando cae, tal que fruta madura, el récord de 356 kilómetros por hora que clavó Dovizioso en 2018.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://bit.ly/2Z6Bu3p
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire