Sudáfrica reclama su sitio en el panteón del rugby tras ver cuestionado su estatus como potencia. Dos años después de ser humillada en Nueva Zelanda (57-0), síntoma de un proyecto decadente, los Springboks buscarán el próximo sábado ante Inglaterra su tercer Mundial, que igualaría a los All Blacks en el palmarés. Se han ganado el derecho este domingo en Yokohama tras someter a Gales en un duelo con aroma a antaño que resolvieron con su tradicional tratamiento de delantera y defensa. El XV del Dragón se levantó una y otra vez en busca de su primera final, pero su hazaña resultó incompleta.
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