En El Sadar es muy fácil bajar del cielo al infierno sin pasar por el purgatorio, tal vez porque como dijo el Papa Benedicto, el purgatorio no es un lugar del espacio, sino un fuego interior, y el estadio pamplonica, que sí es un lugar del espacio, se convierte también en una caldera llameante cuando Osasuna activa su modo acoso. Tampoco el Valencia se libró del infierno y cayó goleado ante la furia rojilla.
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