lundi 28 octobre 2019

La eterna obsesión de Tiger

Tiger Woods fue golfista antes que niño. Sin elección. Su destino fue programado y ejecutado por su padre, un boina verde que quiso que su hijo fuera lo que él no fue. Earl Woods no pudo cumplir el deseo paterno de ser deportista profesional. Se quedó en un jugador de béisbol de segunda fila, el único negro en su equipo, a menudo víctima del racismo. Al chico no le dejaban quedarse en el mismo hotel que sus compañeros, o simplemente ni podía bajar del autobús para jugar. Esas frustraciones las volcó Earl en su hijo Eldrick, a quien llamó desde niño Tiger en honor a un compañero del ejército que le salvó la vida en la guerra de Vietnam. Earl hizo todo lo posible para que el pequeño triunfara en el deporte, aunque eso supusiera sacrificar todo lo demás.

Seguir leyendo.



source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2MUMZaI

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire