El atasco ofensivo que rompió Álvaro Morata con su gol al Bayer Leverkusen tuvo consecuencias inmediatas. En la siguiente alineación, contra el Athletic, el delantero madrileño fue titular. A su lado, Ángel Correa. Y en el banquillo, Diego Costa en un partido que el Atlético precisaba ganar por el cisma generado tras los silbidos al capitán Koke y a Diego Pablo Simeone. Al término del encuentro con el Athletic, Costa abandonó el vestuario del Wanda Metropolitano a toda prisa y con el rostro serio. Apenas se despidió de los pocos empleados que pudieron verlo abandonar el estadio. Había jugado la última media hora, en la que Simeone le contabilizó hasta tres “buenos desmarques” en los que sus compañeros no conectaron bien con él.
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