Stephen Curry con las manos en la cabeza, con los brazos abiertos, suspirando, cabizbajo… La estrella de los Golden State Warriors no podía disimular su frustración por lo que estaba viviendo en la cancha en el partido del domingo ante los Oklahoma City Thunder. Fallos grotescos, pérdidas de balón absurdas, defensa inexistente… Ahora mismo el equipo que ha dominado la NBA el último lustro con tres títulos y cinco finales consecutivas es un auténtico desastre que ha perdido sus dos primeros duelos por paliza. El primero, eso sí, ante un favorito como son los Clippers (122-141); el segundo frente a un conjunto en reconstrucción como los Thunder (120-92).
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