La última vez que visitó el Camp Nou, su casa desde que fichara en cadetes por el Barça, fue capaz de detenerle un penalti a Messi. Tras el partido, ambos se quedaron un rato de cháchara en el túnel de vestuarios. “Nos felicitamos porque él también pudo marcarme un gol”, cuenta Jordi Masip (Sabadell, España; 30 años); “y para mí fue una satisfacción, claro, pero incompleta porque sin puntos no hay demasiada alegría…”. Hoy vuelve al tapete del Barça, de nuevo con la camiseta y los guantes del Valladolid, hechos a su medida tras pasar varios años en el anonimato azulgrana.
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