Con una primera parte vacía y apenas 20 minutos potables en el segundo tiempo, al Atlético no le dio para imponerse al aguerrido Alavés. Cedió un empate merecido, ante un equipo que no se despeñó cuando encajó el gol de Morata que parecía derrotarle. Una parábola imparable de Lucas Pérez truncó uno de esos partidos en los que el equipo de Simeone juega poco y gana mucho. Un equipo que se presentó con varias novedades y solo jugó bien cuando se naturalizó con Thomas, Koke y Morata en el campo.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2q0rUmc
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire