En la pasada Copa América, todos los jugadores de Argentina desfilaron hacia el palco para recoger la medalla que les acreditaba como terceros del torneo. Todos menos Lionel Messi, enfadado a más no poder porque le habían expulsado minutos antes por encararse con el chileno Gary Medel sin llegar a mayores. “Nosotros no tenemos que ser parte de esta corrupción, de las faltas de respeto que sufrimos durante esta Copa América. La corrupción, los árbitros y todo eso no permitieron que la gente disfrute del fútbol”, sentenció Messi en un dardo envenenado y directo para la Conmebol. Declaraciones que le costaron tres meses de sanción, además de abrirle un expediente y unos 45.000 euros. Pasado el tiempo, Leo se volverá a poner la camiseta de Argentina para los amistosos que jugará ante Brasil (15 de noviembre en Arabia Saudí) y Uruguay (19 del mismo mes en Israel).
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