Más que obsesión es psicosis, y a los atletas se les mide por las zapatillas y por la pisada, casi de modelo de pasarela sobre tacones y punta para adentro, que les exige para simplemente mantener el equilibrio, no por el consumo de oxígeno. Los efectos sostenidos en las gentes de los maratones y las carreras de fondo provocados en 2016 por la irrupción de las Vaporfly se han intensificado hasta hacerse insoportables con la evolución de las zapatillas de Nike y el más de 4% de aumento de velocidad que ofrecen, y Eliud Kipchoge bajó con ellas de las dos horas en la maratón.
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