En sus primeros meses de relación, cuando todavía andaban conociéndose, Jorge Lorenzo aseguraba que Ducati haría una moto que se adaptara a su estilo, que girara mejor para así poder aprovechar la mejor condición de su pilotaje. Mientras tanto, Ducati afirmaba que el carácter y peculiaridad de su moto eran lo que la hacía especial y que había detalles que no podrían cambiar nunca: el piloto debería adaptarse a la moto. Y no al revés. Al final, con el paso del tiempo, con la convivencia, las dos partes se han ido acercando. Conociendo. Cediendo. Y, aunque ha costado, piloto y moto han logrado su gran objetivo común: ganar. Ocurre que la victoria ha llegado justamente, caprichoso el destino, el primer fin de semana en que se sabe que el matrimonio firmará su separación a final de año.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2st0OCN
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire