Suecia no se conformó con dejar a Italia mirando el Mundial de Rusia por televisión, ahora también le tiró un jarro de agua fría a la ilusión mexicana y, de paso, mandó a la Mannschaft de regreso a Alemania. El equipo de Janne Andersson respetó su estilo; el de Juan Carlos Osorio, no. México especuló. Suecia arriesgó. Una goleada con autoridad para subirse a lo más alto del grupo F. Jugó con fuego México en Ekaterimburgo, demasiado pendiente de cuidar el empate, solo salvado por la sorprendente Corea del Sur que batió a Alemania en Kazán.
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