Si a las seis de la tarde Messi había hecho las maletas, al poco también las tuvo que hacer Cristiano Ronaldo. En menos de cuatro horas, este Mundial se ha quedado huérfano de los considerados como mejores jugadores del mundo. Con 31 y 33 años, quizá este sea el primer capítulo de su traspaso de poderes. Si a Messi le descabalgó la velocidad de Mbappé, a Cristiano lo hizo la pegada de Cavani, autor de dos goles. La escabechina de la realeza del fútbol mundial es de época. Argentina, dos títulos y favorita antes del torneo, fuera. Alemania, vigente campeona, hace días que llora sus penas en casa. Portugal, campeona de Europa, también está en la lona.
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