vendredi 29 juin 2018

Godín, el cacique de la portería a cero

La transmisión de la mística de la camiseta de Uruguay a los debutantes es una vieja tradición que se ha propagado durante años con el boca a boca y con gestos simbólicos. Tras el Maracanazo, la derrota de Brasil en la final del Mundial de 1950 que Uruguay convirtió en la victoria más eterna de la historia del fútbol, se impuso la costumbre de entregarle a los novatos la prenda doblada con mucha delicadeza. Mientras el ritual se celebraba como si fuera la entrega de una reliquia única, el jugador que estaba a punto de recibir su bautismo como internacional escuchaba de boca de un veterano o de los utileros las leyendas sobre los héroes del Mundial de 1930 (Nazassi, Petrone, Cea, Scarone) o los del 50 (Obdulio Varela, Míguez, Schiaffino, Gigghia...).

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