Artiz Aduriz (San Sebastián, 1981) mira a los ojos cuando responde. Parece como si tratara de adivinar las intenciones del periodista en cada pregunta. A sus 35 años sus goles en el Athletic han derribado la puerta de la selección que parecía estar casi cerrada porque Del Bosque en algunas convocatorias había apelado a la renovación cuando se le preguntaba por él. Su regreso se dio el pasado mes de marzo, precisamente en un amistoso contra Italia en el que marcó el gol del empate a uno con el que finalizó el encuentro. Ese tanto que no olvida, “es el único que he marcado con la selección”, no fue solo lo que convenció al seleccionador de que podía traerle a la Eurocopa . En aquel encuentro dejó detalles en varias combinaciones jugando de espaldas a la portería que pueden ser un buen recurso en cualquier momento para afrontar esa defensa de tres centrales tan complicada de superar que forman Chiellini, Barzagli y Bonucci. Muy respetado por el vestuario de la selección, se siente un principiante y se maneja con prudencia ante jugadores más jóvenes, pero con más bagaje internacional que él. Apasionado de la bicicleta, “cogí una la mañana que nos dieron libre”, admite, desde el hotel concentración mira el oleaje del mar y recuerda otra de sus grandes aficiones fuera del del fútbol, el surf. “Cuando estás tanto tiempo concentrado te dan ganas de salir, pero aquí estamos a lo que estamos”.
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