Después del desayuno en grupo, el seleccionador Joachim Löw le pidió que se acercara porque había visualizado el partido ante Eslovaquia y consideraba que necesitaban de sus quiebros y llegadas, también de su profundidad, para poder romper a una zaga que amontonaba piernas y jugadores alrededor de su área. “Me explicó que iba a ser titular y todo lo que quería que hiciera. Se trataba de explotar mi uno contra uno y que buscara hacer jugadas por las alas para romper a su organizada defensa”, reconocía Julian Draxler (Gladbeck, Alemania; 22 años) horas después, ya en la zona mixta del estadio, con su cara de niño y de no haber roto nunca un plato; “espero poderle haber complacido con mi juego”. A buen seguro que lo hizo, escogido mejor del encuentro tras una diana y una asistencia que valían el pase a los cuartos de final ante Italia.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/292ipK7
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire