Todo empezó hace tiempo. En 1927, durante un partido de la Liga inglesa, el señor C. Nailon, portero de Southampton, atravesó un difícil momento cuando se le cayó la gorra y, como consecuencia, le marcaron un gol que dio la victoria al equipo adversario, el Hull City. Por este motivo, a este tipo de goles absurdos los llamamos en Francia but-casquette, ya sea éste culpa del portero o de otro jugador (en castellano but se traduce como "gol" y casquette como "gorra").
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