Seis meses después de ganarle al Barcelona con un festival de goles (5-4), a Paco López, el entrenador que logró que el registro de partidos invicto del Barcelona se quedara en 36, todavía lo paraban por Valencia para recordarle la hazaña. “Hicimos historia”, se enorgullecía el entrenador del Levante. Pero él era el primero que sabía que aquella historia era pasado. Puede que los seguidores levantinistas sigan rememorando aquella tarde de mayo, aquel hat-trick de Boateng, o el doblete de Bardhi. Pero esta vez, en el Ciutat de València, los protagonistas fueron otros. Fueron Messi y Suárez, una dupla maravillosa, todavía, que no tiene por qué necesitar de un tercer elemento, se llame Neymar, Coutinho o Dembélé. Especialmente, en días como este domingo, con el 10 activo y pizpireto, con el charrúa peleón.
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