Alcanzado el parón navideño, la Liga desprende por su parte más alta un aroma competitivo desconocido en los últimos años. Si la temporada pasada el Barcelona se marchó de vacaciones con 45 puntos y nueve de ventaja sobre el segundo, el Atlético, este 2018 lo ha cerrado con la puntuación más baja (37) de un líder en los últimos diez cursos. Y con su perguidor, también el equipo de Diego Pablo Simeone, a tan solo una victoria de distancia. A la vuelta de las Navidades, habrá Liga y esa es una gran noticia. Por encima de todo para el aficionado, hastiado en los últimos tiempos de que a estas alturas ya se pudiera empezar a esculpir el nombre del campeón en la peana del trofeo.
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