Gabriele Gavrina, presidente de la federación italiana de fútbol (FIGC, por sus siglas en italiano), ha sido uno de los primeros en recordar este jueves que, con las normas federativas en la mano, el Inter-Nápoles no se podía suspender. En declaraciones recogidas por el rotativo La Reppublica, ha comentado: "La regla es clara: el árbitro no tiene potestad para suspender el partido. El único que puede hacerlo es la persona responsable de la seguridad pública dentro del estadio. Las reglas están ahí, deben aplicarse y mejorarse, pero también deben respetarse". El presidente ha anunciado además que pedirá una reunión con el ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, para "simplificar" la normativa y hacer más fácil que el colegiado pueda suspender un partido.
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