El plan era perfecto. Se trataba de pasar la mañana en el mercado navideño de Santo Tomás, visitar a Gilda, la cerda de 340 kilos, estrella de la fiesta; comerse un talo (pan de maíz) con chorizo, beberse un txakoli; pasear luego por La Concha, con la agradable temperatura que propicia el viento solano, pegarse un viaje en la noria gigante, y por la noche, al fútbol en Anoeta, que se anunciaba el derbi contra el Alavés.
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