Habituado durante décadas a codearse mano a mano con las grandes potencias europeas, el fútbol sudamericano de clubes recibió un nuevo y sonoro cachetazo en el Mundial de Clubes de la FIFA que se disputa en Emiratos Árabes Unidos. La derrota de River Plate por penales ante los locales del Al-Ain (el encuentro había concluido 2-2 tras la prórroga) no estaba en los planes de casi nadie y sonó a castigo merecido para la Confederación Sudamericana (Conmebol), destinataria de una interminable avalancha de críticas por la larga serie de irregularidades cometidas en el transcurso del año.
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