A Santiago Solari le emociona especialmente la presencia del Real Madrid en el Mundial de Clubes, porque según reconoció antes de enfrentarse este miércoles en las semifinales al Kashima Antlers (17.30, La 1), a los 13 años se escapaba “para ver la final en un bar con amigos”. Casi tres décadas después no tendrá que faltar a sus tareas si los blancos cumplen ante el eléctrico equipo japonés, al que sufrieron para derrotar en la final de 2016 en la prórroga, y acceder al encuentro clave del sábado. “Este es un torneo que me encanta, me parece una competición particularmente preciosa”, prosiguió, emocionado, el argentino.
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