La productividad de Alexandre Pato en el Villarreal ha sido más rentable en la tesorería que en el terreno de juego. Solo seis meses ha durado el delantero brasileño en la Liga en su regreso a Europa con el deseo de redimirse, de sentirse de nuevo un futbolista importante a primer nivel mundial en un campeonato competitivo. La llamada del oro chino ha convencido a Pato y al Villarreal, al que le han tocado en herencia unos 18 millones de euros, nueve veces más de los que pagó en agosto al Corinthians por el delantero. El Tianjin Quanjian de la Superliga, entrenado por el exmadridista Fabio Cannavaro, ha seducido al brasileño con una ficha millonaria que puede rondar los 10 millones de euros netos por cada una de las tres temporadas que ha firmado con el club chino, en el que se encontrará con el belga Axel Witsel.
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