Jon Rahm emboca un putt de 18 metros para ganar con estilo su primer torneo profesional y, mientras lo ven, muchos viejos aficionados españoles reviven la emoción que disfrutaron viendo hace casi 20 años a Sergio García, entonces un niño de 19 años, peleándose con Tiger Woods y un árbol en los últimos hoyos del Campeonato de la PGA de 1999. Desde Severiano Ballesteros, los campeones españoles llegan haciendo ruido al gran escenario del golf mundial. Jon Rahm sigue su senda. Todos se salen del molde. Posee el golfista de Barrika (Bizkaia) una personalidad que su amigo Phil Mickelson, uno de los mejores jugadores del siglo, define como un intangible, el deseo de estar siempre bajo presión, en el puesto más difícil: “Quiere que todo caiga sobre sus hombros”.
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