Con un flequillo al estilo hermanos Dalton, Denis Suárez compareció por la zona mixta del Camp Nou con la cabeza gacha y sonrisa tímida. Eso, junto a su discurso en tono quedo, poco sugería de su gran noche, de un partido ante la Real que jugó de pe a pa —hasta ahora solo había completado los dos de octavos de la Copa ante el Hércules y el trivial de la Champions ante el Moenchengladbach— y en el que se erigió protagonista principal gracias a sus dos goles. Denis, tras unos meses en los que alternó buen y discreto fútbol, pide paso al fin en el Barça, el club que dejó tras un año en el filial por la exigencia de la cláusula de tener contrato del primer equipo, pero al que regresó tras su paso por el Sevilla y el Villarreal.
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