A veces, tener el don de estar en dos sitios al mismo tiempo puede ser una debilidad. Más aun en un deporte como el patinaje artístico sobre hielo, en el que el complejo movimiento del cuerpo para completar saltos, giros y piruetas debe responder al dictado de una mente precisa. Y la última vez que Javier Fernández (Madrid, 25 años) compitió, en la final del Grand Prix, en diciembre —el único grande que le falta sin contar los Juegos Olímpicos—, tenía sus piernas en el hielo, pero la cabeza en otra parte y por primera vez desde 2014 se quedó fuera de un podio. Este viernes inicia la defensa del Campeonato Europeo con la realización del programa corto —desde las 11.30 en Teledeporte. Javier Fernández compite a las 16.17— y los que más le conocen aseguran que todo lo que le perturbaba está ya olvidado y que mente y cuerpo compartirán, ahora sí, espacio y tiempo en Ostrava, República Checa, donde se desarrolla la competición.
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