Necesitaba un partido grande el Espanyol. Unas veces temeroso, otras atrevido, siempre ordenado, el equipo de Quique Sánchez Flores tiró de coraje ante el Sevilla, que hace del coraje su estilo de vida. El reloj todavía no había marcado el minuto de juego, cuando el Espanyol se encontró en ventaja (gracias a un gol de penalti de Reyes) y con un hombre más, beneficiado por la roja a Nico Pareja. Pero el Sevilla no es un huésped dulce, ni siquiera cuando juega con 10. El fútbol vive de emociones y esta campaña, cuando se enfrentan el Espanyol y el Sevilla, la pelota disfruta.
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