Marc Márquez decía que había marcado con un punto rojo esta cita del GP de Aragón en el calendario. Sentía la necesidad de ganar, el circuito le gusta, se encontraba cómo con una moto que empieza a sentir competitiva, por fin, y comenzó por la pole. Se había enfundado el casco aquel con el botón de encendido. Y bien que se vio que estaba enchufado. Pero en carrera por poco envía al traste todas sus opciones de victoria. Él había planeado un triunfo plácido desde la primera posición hasta la bandera a cuadros, pero se encontró con una carrera de las que le gustan, algo más movidita: “Mi intención era tirar e intentar abrir hueco, pero lo he hecho con demasiadas ganas. A raíz del susto que he tenido la carrera también se me ha hecho mucho más corta: he ido remontando, he cogido a Valentino, he atacado para abrir distancia… Cuando el segundo clasificado te va cogiendo puntos su mentalidad va creciendo. Era importante parar el golpe antes de iniciar la ruta asiática”, concedió. Y siguió: “En un campeonato no puedes conservar en todas las carreras como hice en Misano. No lograr la victoria hubiese supuesto no rematar bien el fin de semana. Lo principal era quedar por delante de Valentino, y como él estaba liderando la carrera, he tenido que arriesgar”.
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