En el fútbol ya pocas cosas son lo que parecen, se sepulta lo clásico y emerge lo híbrido, las competiciones europeas se juegan bajo un sol de justicia y los formatos de liguillas alejan a los partidos del frenesí de antaño. En este fútbol de 2016 hay equipos griegos que se presentan a jugar con un entrenador italiano y once futbolistas con once pasaportes diferentes. Ese es el Panathinaikos, que cayó en Balaídos ante un Celta que defiende sus opciones en la Europa League para dirigirse hacia un mano a mano con el Ajax para liderar su grupo, en todo caso para superarlo y acceder a las eliminatorias.
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