La aparición de Casemiro en el Real Madrid supuso para Zidane el descubrimiento de que dentro del interminable engranaje ofensivo de su equipo podría contar con una pieza a la que no le interesaba hacer goles. Ni siquiera llegar al área. Ni correr en vertical, solo hacia los lados y en dirección a su portería. Carlos Henrique Casemiro es el único jugador jugador blanco que disfruta con una de esas tareas a las que en principio no se le otorgan demasiados elogios.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2dgwykr
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire