Cuando Jeff Lowe cumplió 40 años, en 1991, seguía siendo el alpinista norteamericano más admirado: como muchos genios, era un adelantado a su época, un visionario capaz de llevar su actividad hasta cotas impensables. Claro que entonces, ser alpinista en Estados Unidos era algo parecido a no ser nada. Incluso siendo una leyenda, Lowe sabía que de cara a la sociedad aún no había hecho algo que tuviese ‘sentido’.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2lZI4Zp
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire