Al colectivo arbitral le escocieron las palabras de Fernando Roig pronunciadas tras el polémico partido del Villarreal ante el Madrid que terminó con la remontada del equipo de Zidane (2-3), que igualó el encuentro con un discutido penalti de Bruno. Roig consideró que la acción no merecía tal castigo. “Todo el mundo dice que la mano es un rebote, pero el rebote no es penalti”, dictaminó el presidente del Villarreal atreviéndose a decir que la victoria del Madrid vino favorecida por la mala interpretación del árbitro. “Creo que después de un penalti, que no ha sido, no podemos hablar de una remontada del Real Madrid”.
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