jeudi 23 février 2017

El Barça se aferra a su suerte de la mano de Tomic

El Barcelona se ha convertido en un equipo intermitente, imprevisible, capaz de aunar lo mejor y lo peor en un mismo partido, en un abrir y cerrar de ojos. Lo demostró en Milán, en un duelo donde parecía ir camino del desastre, luego de resolverlo como un ciclón y en el que acabó sufriendo a pesar de la renta que llegó a acumular (59-74). Así es este Barça, desconcertante. Al fin y al cabo, de una manera u otra, ganó al colista, un rival igualmente extraño, que acaba de ganar la Copa de Italia, pero que en algunos minutos pareció una caricatura. El Barcelona sueña todavía con una clasificación para la que debería completar una recta final de ensueño. En Milán dio un primer paso, obtuvo una victoria fuera de casa, algo que en la Euroliga no conseguía desde el 2 de noviembre en la cancha del Maccabi.

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