Tiempos tormentosos. Del otro lado de la cima espera el precipicio, imagen recurrente que el fútbol convierte en pesadilla. O sea: el Madrid, en caída libre después de subir durante mil días. Sin Cristiano, el único futbolista que trabaja de héroe las 24 horas del día y que arrastra a un club entero hacia la ambición. Sin más objetivo que evitar el fracaso absoluto, que no es lo mismo que pelear por la gloria. Con los medios disparando rumores con una ametralladora, una afición resignada que no sabe con quién enfadarse, un entrenador y unos jugadores sintiéndose en peligro y la directiva chapoteando en un océano de dudas. Cuidado, porque si el ambiente está electrificado, primero se toman las decisiones y después se hacen los análisis. Es cuando se piensa en el qué dirán y la tentación por el impacto puede barrer con valores de referencia.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2XJwxxm
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire