El ciclismo es transversal, pero sus precursores no tanto. Henry Desgrange, el inventor del Tour, montó un periódico, l’ Auto, para atraer a los anunciantes antisemitas que no estaban de acuerdo con la defensa a ultranza que el director de Vélo hacía de la inocencia del capitán Dreyfus, condenado a cadena perpetua por espionaje y después rehabilitado. Muerto Desgrange, las autoridades francesas cerraron l´Auto tras la II Guerra Mundial por colaboracionismo con los nazis de su director Jacques Goddet. Cuando salió L´Equipe, le prohibieron utilizar papel amarillo, como el de su predecesor, para evitar suspicacias.
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