El partido de Inglaterra en Montenegro el lunes sirvió para prolongar el momento dulce de los británicos, que encadenan goleadas y buen juego. Pero el 1-5 se vio empañado por los cánticos racistas de los aficionados balcánicos hacia Danny Rose. Gareth Southgate, seleccionador inglés, denunció el hecho tras el encuentro: “Escuché insultos racistas a Danny cuando él se metía a los vestuarios al finalizar el partido. No tengo ninguna duda de que vamos a informar a la UEFA de ello”.
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