Agarró la pelota en la frontal del área y después de 11 toques, varios contoneos de cintura y un chut raso cruzado, Neymar hizo su segundo gol de la tarde, suficiente para desconchar a la Juve (1-2) en el primer duelo amistoso de la temporada y en el estreno de Ernesto Valverde como técnico del Barcelona. La diana inaugural llegó después de dos paredes —una con Messi y otra con Alcácer— y un golpeo seco. Toda una demostración de fútbol de salón, de un extremo de los que no hay. Lo sabe el PSG, dispuesto a pagar los 222 millones de su cláusula de rescisión; y lo sabe el Barcelona, que trata de explicarle al brasileño que ningún equipo le pasará la pelota tan redonda y que junto a él pueden aspirar a todo. Pero el 11, que hace caso omiso a las peticiones del club para que se posicione en las redes sociales, solo habla con los pies. Un silencio que alimenta la especulación pero que certifica las negociaciones de su padre —también agente aunque en Francia hace de interlocutor el representante Pini Zahavi— con la entidad parisina.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2gV9Q89
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire