Patinó España frente a Croacia (2-1) cuando casi nadie lo esperaba, en el instante más inoportuno. La Roja, guiada por un Andrés Iniesta excepcional, había rubricado dos victorias esperanzadoras frente a la República Checa (1-0), en el estreno, y unos días después contra Turquía (3-0). Anoche, sin embargo, gripó contra Croacia, que pese a no poder contar con varios de sus referentes en el once (Luka Modric por encima de todos) logró voltear el gol de Álvaro Morata (7'). La espuela de Kalinic (45') y el contragolpe letal culminado por Perisic (87'), cuando se agotaba el tiempo, complicaron sobremanera la ruta de La Roja hacia la final de Saint Denis (10 de julio).
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