En 1935, la modernidad arquitectónica en los estadios la marcó el Parc Lescure de Burdeos. Destinado para albergar partidos del Mundial de 1938, la sujeción de sus llamativas viseras onduladas rompió moldes en la época. Fue el primer estadio que eliminaba las columnas de las gradas y permitía una visión total del terreno de juego. Cercano al centro de la ciudad, rodeado de casas bajas de piedra calcárea, de balcones estrechos y barandillas de hierro forjado, en el Parc Lescure a principios de los años 40 hicieron historia Benito Díaz, el entrenador inventor del cerrojo, y dos jugadores españoles rescatados del campo de concentración de Gurs, Salvador Artigas y Paco Mateo. Aquí, también, ha hecho historia Croacia con su triunfo frente a España. Todo un bombazo.
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