lundi 25 avril 2016

Pequeñas molestias

Las pequeñas molestias lo complican todo, hasta volverse gravísimas. Llegan muchas veces en los momentos más decisivos del año. Hasta entonces uno ha podido romperse una tibia, o el ligamento cruzado, pero se pasa seis meses en una mezcla de quietud total e intenso trabajo, y asunto arreglado; queda casi como nuevo. Transcurrido ese tiempo, ni se acuerda de que vivió al borde del abismo. En cierto sentido, la pequeña molestia es más seria; te pierdes sólo un partido, o dos. ¡Pero qué partidos! Parecía una tontería, y de pronto te enteras de que no juegas el siguiente encuentro, que es la semifinal de Champions.

Seguir leyendo.



source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1NJyvBw

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire