La desazón que desprende un equipo de élite como el Barcelona reducido a la nada en un pasaje trascendental de la temporada, es directamente proporcional al minúsculo saldo de su último cuarto en Krasnodar. Pasará a la vitrina de los más funestos pasajes de su historia: cinco puntos, con una canasta de Abrines y tres tiros libres de Oleson. Una birria que deja al Barcelona en evidencia, que dejaría en evidencia a cualquiera, impropia de un equipo de élite, incluso de un equipo, digamos, que del montón. Con el agravante de que ningún espectador asiduo a los partidos disputados por el Barcelona esta temporada se refugiará razonablemente en la teoría de una desconexión puntual, de un accidente.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1T5hRh0
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire