Valdés se tiró las manos a la cabeza, Deco miró hacia los lados, pero no encontró complicidad alguna porque sus compañeros andaban cabizbajos, conscientes del batacazo, que se unía a la eliminación del Liverpool en la Champions y del Getafe en la Copa. El presidente Joan Laporta se secó el sudor desde el palco presidencial y los jugadores del Betis hicieron una melé en la banda donde se unieron también los que estaban en el banquillo. Un gol de Rafael Sobis sobre la bocina valió el empate verdiblanco en el Camp Nou y también el punto final del Barça en la Liga porque perdía el liderato a manos del Madrid. Eso fue en 2007, todo un varapalo que se redondeó tres jornadas después con otro empate ante el Espanyol, con dos goles de Tamudo. Ahora es el equipo de Luis Enrique el que se presenta en el estadio del Betis —luego recibe a los periquitos—, aunque de ese Barça sólo quedan Messi e Iniesta. Pero es un duelo que está en la memoria colectiva azulgrana por fatídico, por ser el fin de la era Rijkaard.
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