El Getafe hizo todo para ganar un partido vital que les sacaba de un pozo que parecía que no tenía fondo, pero inexplicablemente los de Esnáider solo empataron y se pasarán toda esta semana preguntándose por qué. El Valencia llegaba tranquilo, solo con el objetivo de acabar dignamente una temporada horrible. Los de Ayestarán compitieron, no perdonaron los fallos de su rival y Diego Alves lo paró casi todo, pero incluso los che parecían conmovidos por la entrega de un equipo que intenta revelarse a un futuro que pintaba muy negro hace solo siete días.
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