Danilo di Luca se inyecta su última dosis de EPO el domingo 28 de abril de 2013. Ocho horas más tarde llaman a su puerta los inspectores del control antidopaje. Di Luca tiene 37 años y el deseo de demostrar que no está acabado. Comienza a correr su último Giro gracias a un sponsor amigo, un bodeguero de sus Abruzos. Antes de comenzarlo en Nápoles concede entrevistas. Cuenta que ha superado el infierno del dopaje, que se siente un ciclista nuevo que pide una nueva oportunidad después de haber cumplido una sanción por un positivo que le costó el segundo puesto en el Giro de 2009. Cuenta mentiras.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/24fENlV
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire