Cuando decida, quién sabe cuándo o por qué, quitarse el mono de cuero y no subirse a la moto más que para dar vueltas en su querido Ranch, donde le queda mucho que enseñar a los pilotos de esa Riders Academy que tantas buenas carreras están regalando a los aficionados, debería también pasearse por las universidades del mundo y hacer honor a ese título que le concedieron hace ya bastantes años, cuando nadie le imaginaba a los 37 brindando espectáculos como los de este domingo. De momento, Valentino Rossi, el Doctor, tiene bastante con ofrecer las clases magistrales en la pista, donde mejor sabe expresarse.
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