Sólo 10 minutos demoraron Boca y River para volver a mostrarle al público tumultos, insultos y empellones en otro superclásico en La Bombonera. Pasó casi un año del escándalo en el partido por Copa Libertadores en el que un simpatizante de Boca arrojó gas pimienta a los jugadores visitantes, hecho que derivó en la descalificación del local y la continuación de River, luego consagrado campeón. Al menos este domingo se jugó, aunque resultado fue un pálido empate sin goles que, una vez más, trasladó el espectáculo a las aficiones. EL PAIS compartió la previa del partido más importante de Argentina junto a hinchas de ambos equipos, que sólo coinciden en una cosa: comer asado.
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