Entre anuncios de la petrolera Ipic, con sede en Abu Dabi, financiación del BBVA, energía de Iberdrola y bebidas refrescantes, las pantallas gigantes del Bernabéu presentaron la nueva aplicación de Windows para que los consumidores disfruten de las sobrecogedoras imágenes del viaje del equipo a Lisboa a jugar la final de la Champions donde ganaron la Décima, hace exactamente un año. Las secuencias están salpicadas de héroes felices: Carlo Ancelotti, el artífice, Xabi Alonso, el estratega, Di María, su escudero, o Casillas, el capitán, mirando por la ventana del autobús que lo llevaba al estadio de la Luz por entre un mar de banderas blancas. Las imágenes reflejan una jornada histórica. Tan histórica que parece que ha pasado una década. Ayer, en el último partido de la temporada, parte de la multitud del Bernabéu dedicó su energía a pitar a Casillas en la que podría ser su última aparición como madridista. El entrenador de la película, Ancelotti, asistió a los acontecimientos suspendido, en un palco, seguro de que su destitución es inminente.
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