Pese a que se palpe la zona abdominal, “estoy engordando un poquito”, dice, Gustavo Kuerten (Florianápolis, Brasil; 38 años) es casi un calco del tenista que elevó tres Copas de los Mosqueteros (1997, 2000 y 2001) y enamoró al público de París con ese corazón que trazó con su raqueta sobre la arena de la Philippe Chatrier. Larguirucho, con el pelo revuelto y una cinta en la sien, defendió durante 43 semanas el número uno. Ahora, en el retiro, Guga disfruta desde la barrera, toca la guitarra y escribe. El próximo 7 de junio entregará el trofeo que un día fue suyo.
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